El ejercicio físico no tiene edad. A medida que pasan los años, moverse con frecuencia se vuelve aún más importante para mantener la salud física, mental y emocional. En el caso de los adultos mayores, incorporar una rutina de actividad adaptada a las capacidades individuales puede marcar la diferencia entre una vida limitada o una vida activa, independiente y plena.
En este artículo te cuento por qué el ejercicio es clave después de los 60, qué tipo de beneficios podés esperar y cómo empezar a moverte sin riesgos, aún si hace mucho que no hacés actividad física.
¿Por qué hacer ejercicio después de los 60?
Con el envejecimiento, el cuerpo experimenta una serie de cambios naturales: pérdida de masa muscular, disminución de la densidad ósea, menor flexibilidad, menor capacidad aeróbica y una reducción en la coordinación y el equilibrio. Todo esto puede aumentar el riesgo de caídas, enfermedades crónicas y dependencia.
Sin embargo, muchos de estos efectos no son inevitables. La actividad física regular permite frenar el deterioro, mantener la funcionalidad y mejorar la calidad de vida en múltiples niveles.
10 beneficios comprobados del ejercicio en adultos mayores
- Mejora la fuerza muscular: ayuda a conservar la masa muscular, vital para moverse, levantar objetos y mantener la autonomía.
- Aumenta la densidad ósea: actividades como caminar, bailar o ejercicios de fuerza ayudan a prevenir la osteoporosis.
- Favorece el equilibrio y la coordinación: reduce el riesgo de caídas, una de las principales causas de hospitalización en la tercera edad.
- Estimula el sistema cardiovascular: mejora la presión arterial, el colesterol y el riesgo de enfermedades cardíacas.
- Regula la glucosa: el ejercicio es clave en la prevención y el manejo de la diabetes tipo 2.
- Disminuye el dolor crónico: el movimiento adecuado ayuda a aliviar molestias en articulaciones o espalda.
- Mejora el estado de ánimo: estimula la liberación de endorfinas y puede reducir síntomas de ansiedad y depresión.
- Favorece el sueño: promueve un descanso más profundo y reparador.
- Estimula la memoria y la atención: se asocia con menor deterioro cognitivo y menor riesgo de demencia.
- Aumenta la autoestima y la motivación: sentirse más fuerte y activo genera bienestar y confianza en uno mismo.
Tipos de ejercicios recomendados para personas mayores
La clave está en combinar diferentes tipos de actividad que se complementen entre sí. No se trata de entrenar como un atleta, sino de moverse con intención y regularidad.
- Ejercicios aeróbicos: caminar, nadar, andar en bicicleta, bailar. Favorecen la salud cardiovascular y respiratoria.
- Ejercicios de fuerza: levantar objetos livianos, usar bandas elásticas o el propio peso corporal. Ayudan a fortalecer músculos y huesos.
- Ejercicios de flexibilidad: estiramientos suaves para mantener la movilidad y prevenir rigidez.
- Ejercicios de equilibrio: muy importantes para prevenir caídas. Ejemplos: pararse sobre un pie, caminar en línea recta, yoga.
¿Cuánto ejercicio es recomendable?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada para personas mayores. Esto puede traducirse en 30 minutos al día, cinco veces por semana.
Si se opta por actividad más intensa, pueden bastar 75 minutos semanales. Lo importante es que el ejercicio sea regular, sostenido y adecuado a las posibilidades individuales.
¿Y si nunca hice ejercicio?
Nunca es tarde para empezar. Incluso quienes fueron sedentarios toda su vida pueden obtener grandes beneficios al incorporar actividad física después de los 60. El secreto está en comenzar de a poco, respetar los propios límites y tener constancia.
Algunos consejos para empezar:
- Consultá con tu médico antes de iniciar una rutina nueva, sobre todo si tenés alguna condición crónica.
- Elegí actividades que disfrutes y puedas sostener en el tiempo.
- Empezá con caminatas suaves y estiramientos. Luego, sumá ejercicios de fuerza dos o tres veces por semana.
- Calentá antes de cada sesión y realizá una vuelta a la calma al final.
- Si es posible, hacé ejercicio en grupo o con acompañamiento profesional.
Ejemplo de rutina semanal para adultos mayores
- Lunes: caminata de 30 minutos + estiramientos suaves.
- Martes: ejercicios de fuerza con bandas o botellas de agua.
- Miércoles: clase de baile, yoga suave o tai chi.
- Jueves: caminata + ejercicios de equilibrio.
- Viernes: fuerza + estiramientos.
- Sábado: paseo en bicicleta o natación.
- Domingo: descanso activo: caminata ligera o ejercicios suaves en casa.
Ejercicio como forma de prevención
Está comprobado que las personas mayores activas tienen menor incidencia de enfermedades crónicas, hospitalizaciones y deterioro funcional. En otras palabras, el ejercicio no solo mejora la salud, sino que ayuda a conservar la autonomía durante más años.
Además, reduce el riesgo de trastornos mentales como la depresión, muy frecuente en la vejez. El movimiento es una poderosa herramienta para mantener la energía, la conexión con uno mismo y con el entorno.
Lo emocional también se mueve
El ejercicio no solo transforma el cuerpo, también tiene un efecto directo sobre la mente. Muchos adultos mayores reportan sentirse más optimistas, con mejor ánimo y más motivados cuando incorporan una rutina de actividad física.
La sensación de logro, la superación de miedos, la autonomía recuperada o el simple placer de moverse son factores que elevan la autoestima y el bienestar emocional.
Conclusión
Incorporar el ejercicio físico como parte de la rutina diaria es una de las mejores decisiones que puede tomar una persona mayor. No se necesita un gimnasio ni grandes esfuerzos: caminar, moverse en casa, bailar o hacer ejercicios suaves ya puede marcar una enorme diferencia.
Lo importante es empezar, ser constante y encontrar una forma de actividad que se adapte a tu realidad y te haga sentir bien. Cuidar el cuerpo es cuidar la vida. Y nunca es tarde para comenzar.
💡 Información Importante
Este contenido es de carácter informativo y no sustituye el consejo médico profesional. Ante cualquier duda o condición de salud particular, consultá con tu médico antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios.