El preservativo sigue siendo uno de los métodos más eficaces y accesibles para prevenir enfermedades de transmisión sexual (ETS) y embarazos no planificados. Sin embargo, su efectividad depende en gran medida de un uso correcto y constante. En este artículo te explico cómo usarlo adecuadamente y qué errores comunes evitar para proteger tu salud y la de tu pareja.
¿Por qué es tan importante el uso correcto del preservativo?
Cuando se utiliza de manera adecuada en todas las relaciones sexuales (vaginales, anales u orales), el preservativo reduce significativamente el riesgo de transmisión del VIH, la clamidia, la gonorrea, la sífilis y muchas otras ETS. También es una barrera física muy eficaz contra el embarazo no deseado.
Tipos de preservativos
- Masculinos: los más comunes, de látex, poliuretano o poliisopreno. Se colocan sobre el pene erecto.
- Femeninos: menos conocidos, pero también eficaces. Se introducen en la vagina antes de la relación.
Paso a paso: cómo usar un preservativo masculino correctamente
- Revisa la fecha de caducidad: No uses preservativos vencidos. Asegúrate también de que el envoltorio no esté dañado.
- Abre con cuidado: Evita abrir el paquete con los dientes o con objetos cortantes.
- Coloca antes del contacto: El preservativo debe ponerse antes de cualquier contacto genital para evitar la transmisión de infecciones.
- Aprieta la punta: Sujeta la punta del preservativo (el depósito) para eliminar el aire y deja espacio para el semen.
- Desenrolla hasta la base: Con la otra mano, desenrolla el preservativo hasta la base del pene erecto.
- Después de eyacular: Sujeta la base del preservativo al retirar el pene, para evitar que se derrame el semen.
- Desecha adecuadamente: Envuélvelo en papel y tíralo a la basura (no al inodoro).
Errores frecuentes que disminuyen la eficacia
- Usar el preservativo al revés y luego girarlo (puede contaminarse con fluidos).
- No dejar espacio en la punta, lo que puede provocar roturas.
- Guardar los preservativos en lugares calurosos, como la cartera o el coche.
- Reutilizar un preservativo. Siempre debe usarse uno nuevo en cada relación sexual.
- Combinarlo con lubricantes a base de aceite (si es de látex), ya que estos lo deterioran.
¿Qué pasa si se rompe?
Si el preservativo se rompe o se sale durante la relación, es importante acudir cuanto antes a un centro de salud. Allí te orientarán sobre medidas como la profilaxis postexposición (en caso de riesgo de VIH) o anticoncepción de emergencia.
Lubricantes y preservativos
El uso de lubricantes puede mejorar la experiencia sexual y reducir el riesgo de rotura. Solo asegúrate de que el lubricante sea compatible con el material del preservativo:
- Preservativos de látex: solo con lubricantes a base de agua o silicona.
- Preservativos de poliuretano: pueden usarse con lubricantes a base de agua, silicona o aceite.
¿Y el preservativo femenino?
Se trata de una funda de poliuretano con dos aros flexibles. Uno se inserta en la vagina y el otro queda en la parte externa. Es menos utilizado, pero igual de eficaz si se emplea correctamente. Nunca debe usarse junto con un preservativo masculino, ya que pueden romperse por la fricción.
Conclusión
El preservativo es una herramienta sencilla, económica y efectiva para protegerse durante las relaciones sexuales. Su uso correcto debe formar parte de una vida sexual saludable y responsable. Incluirlo en tus hábitos, hablar de él con tu pareja y conocer bien cómo utilizarlo es un acto de autocuidado que puede marcar una gran diferencia.
💡 Información Importante
Este contenido es informativo y no sustituye el consejo médico. Si tienes dudas sobre métodos de prevención o salud sexual, consulta con un profesional de la salud. Cuidarte también es cuidarte en tus relaciones íntimas.