La proteína es un nutriente esencial en todas las etapas de la vida, pero en la adultez mayor cumple un rol aún más importante. Ayuda a mantener la masa muscular, fortalecer el sistema inmunológico, prevenir lesiones y mejorar la recuperación. Sin embargo, muchas personas mayores no consumen suficiente proteína, lo que puede afectar su calidad de vida de manera significativa.

¿Por qué los adultos mayores necesitan más proteína?

Con el envejecimiento, el cuerpo pierde masa muscular de forma natural en un proceso llamado sarcopenia. Esta pérdida puede afectar la movilidad, aumentar el riesgo de caídas y reducir la independencia. Aumentar la ingesta proteica, junto con actividad física regular, es una estrategia efectiva para frenar este deterioro.

Además, el sistema inmunológico tiende a debilitarse con la edad, y las proteínas ayudan a fortalecerlo, contribuyendo a una mejor defensa contra infecciones y enfermedades.

¿Cuánta proteína se recomienda?

Según expertos en nutrición geriátrica, se sugiere que las personas mayores consuman entre 1,0 y 1,2 gramos de proteína por kilo de peso corporal al día. Por ejemplo, un adulto mayor que pesa 70 kg debería consumir entre 70 y 84 gramos diarios de proteína, repartidos en todas las comidas del día.

Fuentes de proteína recomendadas para adultos mayores

Es importante priorizar fuentes proteicas de alta calidad, fáciles de digerir y bajas en grasas saturadas. Aquí repasamos las más beneficiosas:

1. Huevos

Son una fuente excelente de proteína completa, con todos los aminoácidos esenciales. Son fáciles de preparar, económicos y bien tolerados por la mayoría de los adultos mayores.

Consejo: Se pueden consumir hervidos, en omelettes o revueltos con vegetales.

2. Pescado

Además de proteína, el pescado aporta ácidos grasos omega-3, que protegen el corazón y el cerebro.

  • Pescados blancos: merluza, lenguado, bacalao (más suaves y bajos en grasa).
  • Pescados grasos: salmón, atún, sardinas (ricos en omega-3).

Consejo: Cocinar al horno, al vapor o a la plancha con hierbas y limón.

3. Carnes magras

Las carnes rojas magras y las carnes blancas (pollo y pavo sin piel) son opciones válidas si se consumen en porciones moderadas y bien cocidas.

Consejo: Evitar frituras y preferir cortes sin grasa visible. Cocinar al horno, grill o en estofados suaves.

4. Legumbres

Una alternativa vegetal rica en proteínas, fibra y micronutrientes. Combinadas con cereales (arroz, avena, pan integral), ofrecen proteína completa.

  • Lentejas
  • Garbanzos
  • Porotos (frijoles)
  • Soja

Consejo: Preparar en guisos suaves, purés o como parte de ensaladas tibias.

5. Lácteos y derivados

Aportan proteínas de alto valor biológico y calcio, importante para prevenir la osteoporosis. Se recomienda elegir versiones bajas en grasa y sin azúcares añadidos.

  • Yogur natural o griego
  • Queso fresco
  • Leche descremada

Consejo: Usar como colación o complemento del desayuno.

6. Frutos secos y semillas

Contienen proteína vegetal, grasas saludables y antioxidantes. Son ideales en pequeñas porciones para enriquecer comidas o meriendas.

  • Nueces, almendras, avellanas
  • Semillas de chía, lino, sésamo

Consejo: Agregar una cucharadita a yogures, sopas, batidos o ensaladas.

7. Tofu y tempeh

Derivados de la soja, muy utilizados en dietas vegetarianas. Son fáciles de cocinar, versátiles y bien tolerados por el sistema digestivo.

Consejo: Saltear con verduras, incluir en guisos o acompañar con arroz integral.

Proteína en cada comida: ¿por qué repartirla?

Es fundamental que la ingesta de proteínas esté distribuida a lo largo del día y no concentrada en una sola comida. Esto favorece una mejor absorción y aprovechamiento por parte del organismo.

Ejemplo diario:

  • Desayuno: Yogur con avena y semillas.
  • Almuerzo: Arroz integral con lentejas y vegetales salteados.
  • Merienda: Pan integral con queso fresco y nueces.
  • Cena: Filete de pescado con puré de calabaza y brócoli.

¿Es necesario tomar suplementos?

En algunos casos, como en personas con bajo apetito, dificultades digestivas o pérdida de masa muscular significativa, los suplementos proteicos pueden ser útiles. Esto debe ser siempre evaluado por un profesional de salud.

Existen opciones en polvo (proteína de suero, vegetal, etc.) o líquidos listos para consumir. Se pueden añadir a licuados, sopas o postres sin alterar mucho el sabor.

Errores frecuentes a evitar

  • Consumir solo proteínas animales ricas en grasa.
  • Depender de productos ultraprocesados con alto contenido de sodio.
  • Olvidar las proteínas en el desayuno o merienda.
  • Reducir el consumo de proteína por temor al colesterol sin evaluación médica.
  • Saltarse comidas o consumir porciones muy pequeñas.

Conclusión

Las proteínas son una pieza clave para el bienestar de los adultos mayores. Incorporarlas de manera equilibrada, variada y diaria puede marcar una gran diferencia en la fuerza muscular, el sistema inmunológico y la calidad de vida. No se trata solo de cuánto se consume, sino también de cómo, cuándo y de qué fuentes proviene. Un plan de alimentación bien diseñado, adaptado a cada persona, es la mejor herramienta para envejecer con salud y vitalidad.


💡 Información Importante

Este contenido es informativo y no sustituye la consulta médica ni nutricional. Para una dieta adecuada y segura, se recomienda la orientación de un profesional de la salud.